Pobrecita Ánima Sola,
que solita y triste estás,
encadenada en tu celda
y gimiendo sin cesar.
Pasando sed y tormento,
quemándote entre las llamas,
para que puedas purgar
los pecados cometidos
y alcanzar la libertad.
Ánima sola,
que en el campo gimes y moras,
que nadie te necesita
como yo te necesito:
Ahora quiero que me prestes
el alma de tres ahorcados,
de tres muertos a traición
y de tres ajusticiados.
Estas nueve almas quiero
que las introduzcas
en el corazón
de...
(decir el nombre de la persona a amarrar)
Que si ojos tiene
a mí que me vea.
Que si boca tiene
a mí que me hable.
Tráemelo a las puertas de mi casa,
mortifícalo, no me lo dejes en paz.
Haz que venga, que se venga,
sin que nadie lo detenga,
y que no pare hasta llegara mis pies,
humillado, sumiso y manso,
a traerme felicidad.
Anima sola traerlo humillado s mis pies
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