Dulcísimo padre y abogado mío,
Señor San José,
bien conozco que no soy digno
de que mis ruegos y peticiones
sean oídas y despachadas favorablemente,
pues solo soy un pobre pecador,
pero confiando en la dulzura y bondad
de tu inmenso corazón,
hoy ante ti me hallo,
para exponerte mi súplica.
Recíbeme bajo tu poderosísimo patrocinio.
En tus manos pongo a mi familia,
y por ella ofrezco a Jesús y María,
mi vida y mi muerte,
mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos, palabras, obras,
y todas mis necesidades
espirituales y temporales;
y te pido, que ofreciendo a Jesús
el trabajo de tus santas manos,
con que le sustentasteis,
me alcances en todo y por todo
lo que más nos convenga
para el bien de nuestra alma;
Protege nuestro hogar,
lleno de amor y cariño,
para que nos veamos siempre libres
de la enfermedad y la desgracia,
de los enemigos, de los peligros,
de las necesidades y de la ruina.
Conserva nuestra unión y amor,
Jesús, José y María,
permítenos vivir felizmente,
con salud, trabajo y dignidad,
procurando una buena educación
a nuestros amados hijos,
para que puedan prosperar en esta vida.
Danos en fin, un hogar,
que a semejanza del que tu obtuviste,
para tu Sagrada Familia,
sea un hogar sano, feliz, próspero.
En la hora de la muerte
asístenos con tu poderosísimo auxilio,
a fin de que merezcamos gozar para siempre
de tu dulcísima compañía,
de la de nuestro amantísimo redentor Jesús
y de su purísima madre María santísima,
vuestra santísima esposa
y amada madre nuestra.
Amén.
Jesús, José y María,
os doy el corazón y el alma mía.
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Por favor no pregunten por cuento tiempo se ha de hacer... no todos tienen el mismo problema, la misma fe en la oración, la misma urgencia... las oraciones se han de hacer hasta que la petición se cumple, para unos será un día y para otros un mes... no hay un tiempo establecido.