Pobrecita Ánima Sola,
que solita y triste estás,
encadenada en tu celda
y gimiendo sin cesar.
Pasando sed y tormento,
quemándote entre las llamas,
para que puedas purgar
los pecados cometidos
y alcanzar la libertad.
Ánima sola,
que en el campo gimes y moras,
que nadie te necesita
como yo te necesito:
que en el campo gimes y moras,
que nadie te necesita
como yo te necesito:
Ahora quiero que me prestes
el alma de tres ahorcados,
de tres muertos a traición
y de tres ajusticiados.
el alma de tres ahorcados,
de tres muertos a traición
y de tres ajusticiados.