Santísimo Niño Jesús,
que llegas a nuestros hogares,
recién nacido en una familia feliz,
haz de cada uno de nuestros hogares
una morada de tu presencia,
un lugar cálido y dichoso.
Venga la tranquilidad a todos sus miembros,
la serenidad a nuestros nervios,
el control a nuestras lenguas,
la salud a nuestros cuerpos.
Que los hijos sean y se sientan amados
y se alejen de ellos para siempre
la ingratitud y el egoísmo.
Inunda, Señor, el corazón de los padres
de paciencia y comprensión,
y de una generosidad sin límites.
Extiende, Señor, un toldo de amor
para cobijar y refrescar, calentar y madurar
a todos los hijos de nuestras casas y a los
de todas las casas del mundo.
que llegas a nuestros hogares,
recién nacido en una familia feliz,
haz de cada uno de nuestros hogares
una morada de tu presencia,
un lugar cálido y dichoso.
Venga la tranquilidad a todos sus miembros,
la serenidad a nuestros nervios,
el control a nuestras lenguas,
la salud a nuestros cuerpos.
Que los hijos sean y se sientan amados
y se alejen de ellos para siempre
la ingratitud y el egoísmo.
Inunda, Señor, el corazón de los padres
de paciencia y comprensión,
y de una generosidad sin límites.
Extiende, Señor, un toldo de amor
para cobijar y refrescar, calentar y madurar
a todos los hijos de nuestras casas y a los
de todas las casas del mundo.