Cada persona posee unos atributos y cualidades que le hacen distinto a los demás. Al margen de la capacidad para destacar, de lo que se tratará será de saber cómo hacer emerger la energía seductora de nuestro interior: lograr que cuando entramos en un lugar nuestras prendas de ropa, en apariencia normales, desprendan un cierto halo de misterio como por ejemplo conseguir que la mirada, con independencia de la belleza o rasgos de nuestros ojos, se transforme en un espejo en el que dé gusto contemplarse, etc.
Por supuesto, en este «ser irresistibles» procuraremos que todo cuanto hagamos y digamos sea visto no como algo deslumbrante, sino como diferente, magnético, atractivo y deseable.