¡Yo te saludo, reina de las flores:
acarician tus hojas auras puras,
das al viento tus mágicos olores,
modelo virginal de la hermosura.
Descollando en el prado soberana
con tu corte de nardos y claveles,
la noche con brillantes te engalana
proclamándote reina en los vergeles.
El verde césped, cuál mullida alfombra,
nace a tus plantas por brindarte un lecho,
el arrayán te cubre con su sombra,
teniendo el cielo por tu solo techo.
Hay en tu esencia emanación divina
Hay en tu esencia emanación divina
que embalsaman las auras del Edén,
en tu corola bella y purpurina,
reclina un ángel su inocente sien.