En todos los países, el Día de San Juan ha sido el día más propicio para adivinar el amor. En algunas partes de Alemania y de Austria, cuando se encendían los fuegos de San Juan en esa fecha, las parejas comprometidas saltaban sobre los fuegos para determinar por la altura del salto la extensión de la felicidad matrimonial, y hubo una profecía en Britania que decía que la muchacha que danzaba alrededor de nueve de esos fuegos se casaría ese año.
Las hierbas recogidas el día de San Juan tenían poderes mágicos, y una mujer estéril dejó de serlo caminando desnuda en su huerta en la noche de San Juan.
En el Este, la artemisa era una de las hierbas con propiedades adivinadoras de amor, pero en Europa en ese día se prefería la hierba de San Juan a las otras.
Las flores que se cogían ese día se decía que nunca se marchitaban y que las semillas serían más prósperas que las otras siempre que se cumpliera con dos requisitos, es decir, que se recogieran las flores y las semillas antes de la salida del sol y que el que las recogiera hubiera ayunado.